Había una vez un libro...
"Me queda poco tiempo, riego el bosque de mi alma en el que crece un árbol de metal. Sus ramas roban mis sueños. En mi carne, ansiedad, un cercado de alambradas. Toda la noche pintada de soledad. Todo el día ausente de tu cara. ¡Sé quién eres!, ¿dónde estás?. ¿Me atacas por la espalda?. No me voy a desangrar para alimentar una alimaña, y aunque voy a reventar, esta mañana no me acabo. Tomo de alta mar el aire, navego a las montañas. Búscame donde quieras, para tí no quedan ganas.
Calendarios, viñetas, y otras flores de interés. Mil historias vacías, el renacer de una idea, cuerdas rotas, pasiones, café hasta la borrachera. Dibujos huecos, nadie, pinceles y su sabor, poemas sin palabras, nada que hacer mejor. La música de colores, todo el mundo del revés.
Ahora vivo en un lugar del que ya no quedan mapas.
Y me da por recordar. Y no me acuerdo de nada.
Aire fresco, sencillez, ojos brillantes, sonreiré.
Nube blanca, luz, calor. Desaliento, amargor.
Flores secas, tierra marrón.
Miedo, olvido. Un adiós.
Cielo rojo, fuego, ardor.
Tranquilidad, sueño. Paz.
Quiero correr. (A.J.L.)
Sobre la hierba me dejo llover el cuerpo,
huyo del mundo, esperando al viento.
quiebro el ocaso, recito sus lamentos,
leo cada estrella, no me recuerdo,
enterrado en el alba, me acaricia su aliento,
huyo del mundo esperando al viento.
Celndarios. Viñetas.
Y otras flores de interés."
...y de los trazos de aquel libro nacieron estas líneas...